La catedral de la ciudad alemana de Colonia es uno de los puntos imperdibles si uno realiza un viaje como turista al país germano, que entre tantas construcciones monumentales de sus diferentes períodos de la historia, tiene a este templo como uno de los lugares más visitados de la nación.
La primera particularidad que tiene esta Catedral de San Pedro es su tiempo de construcción, ya que el edificio estuvo en obra... ¡632 años! tanto esfuerzo fue reconocido por la Unesco en 1996, cuando la declaró Patrimonio de la Humanidad.
Este templo católico comenzó a edificarse en 1248 y fue terminado en 1880. Pero muchos años antes Colonia ya se había convertido en uno de los centros de peregrinaje más grande de toda Europa porque en 1164 fueron depositadas en una cripta las supuestas reliquias de los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar.
El arzobispo Rainald de Dassel fue quien tomó la decisión e traerlas desde Milán, lo que atrajo a miles de fieles cristianos a tierras germanas.
Pero que el flujo de visitantes haya sido constante no se transformó automáticamente en ayuda para la construcción de la catedral.
La principal demora empezó en 1510, cuando el cabildo que recaudaba los fondos para la construcción de la catedral no pudo aportar más plata. Medio siglo después, la construcción se canceló definitivamente y se utilizó únicamente la parte que estaba edificada.
La continuidad se dio en el siglo XIX, cuando resurgió el Imperio Alemán y la finalización de esta monumental obra era una imagen más que el emperador Guillermo I podía brindarle al mundo acerca de su poderosa nación.
Por eso, el Estado ya se había puesto la construcción "al hombro", gracias al impulso del rey Federico Guillermo IV a partir de 1842. Recién en 1880, la catedral fue terminada y por unos años fue el monumento más alto del mundo, con 157 metros, hasta que en 1884 fue superada por el monumento a Washington en Estados Unidos (170 metros).
Ese detalle estadístico no impidió que esta iglesia de estilo gótico se transformara en la imagen de la ciudad.
Durante la Segunda Guerra Mundial, una bomba dañó su famosa torre. Fue el único daño de mayor relevancia que sufrió el edificio, ya que lo habían iluminado de manera especial para que los pilotos de los aviones bombarderos la identificaran y evitaran destruirla.
La iglesia posee 11 campanas, cuatro de ellas que provienen desde la Edad Media. La más antigua es de 1418. Su sonido es uno de los más característicos de la ciudad, aunque por momentos fue rechazado y por eso se fueron agregando campanas, hasta encontrar el tono adecuado. En total, hay tres en la torre derecha y ocho en la capilla sur.
La visita a este templo es gratuita, excepto para subir a su torre más alta, aunque el costo es realmente accesible: oscila entre los 3 y los 10 euros, según la cantidad de turistas que asciendan.