Mientras que en la Argentina muchas veces es tristemente verdad la frase que dice que "Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires", en un bosque perdido de Estados Unidos se da un hecho totalmente opuesto, ya que en Thorncrown, oculta entre la maleza, se erige una de las iglesias más curiosas y hermosas del mundo.
Esta maravillosa obra del arquitecto E. Fay Jones fue elegida en 2001 por el Instituto Americano de Arquitectura como uno de los diez mejores diseños del siglo XX.
La iglesia está ubicada en un bosque de las montañas Ozark cercano a la autopista 62 West, en las afueras de Eureka Springs, el estado de Arkansas.
Aunque a primera vista parece una estructura al aire libre que es penetrada por el mismísimo bosque, la capilla está protegida por una mampara de cristal y adentro ofrece un espacio acondicionado con un techo a dos aguas y una puerta frontal que recibe a los visitantes.
Con el fin de preservar el entorno natural, el arquitecto decidió que ningún elemento estructural fuera más grande que lo que dos hombres pudieran llevar a través del bosque.
La mayor parte de se estructura es de madera de pino tratado, en vigas de 2 metros por 4 metros, 2 metros por 6 metros y 2 metros por 12 metros.
Sin embargo, la sensación de libertad que disfrutan los turistas y fieles que acuden a esta iglesia se da gracias a las 425 ventanas y 557,42 metros cuadrados de vidrio que las recubren y dan sensación de espacio abierto.
La iglesia fue inaugurada en 1980 y causó sensación: un año después ya había ganado el Premio al Diseño, tanto de ese año como de la década.
Hoy, 39 años después, la humilde pero majestuosa capilla de Thorncrown sigue generando admiración a quienes tienen las suerte de toparse con ellas en un bosque perdido de EEUU.